“Walter
Benjamín introduce la expresión aura para referirse a lo que envuelve,
virtualmente, la obra y la eleva. La misma se va conformando a lo largo de los años,
de su recorrido y de los contextos atravesados y vividos por la obra .Como un
halo, la rodea su propia historia y
cuando el público se conecta con ella, la percibe por medio de tal aura.
También señala el mismo autor que el arte nace cuando el creador está
atravesado por la esencia de las cosas o de los fenómenos, capta su
esencia y puede transmitirla, provocando
el mismo asombro en el receptor.”
Esto
sucede en la muestra de pinturas de Celia Pecini, cuyas figuraciones son un conjunto
de personajes diversos: rostros de mujeres, ángeles, Cristos, muertos y gatos. En su recorrido, nos cuenta con soltura
a través de pinceladas de color, su historia y los personajes que la han
acompañado permanentemente en su camino. Es así como atravesada por la esencia de la pintura religiosa,
capta su esencia y la transmite en su obra. Las fuentes de información de
Celia, su percepción del mundo exterior, son finas y agudas. A través de
símbolos y combinaciones pictóricas que pasan por una expresión que apela,
fundamentalmente, al pensamiento, a la emoción, movilizando sentimientos, y recuerdos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario