Domingo 07 de junio de 2015 | Publicado en edición impresad
DIARIO LA NACION
ArteBa / Día 4
El arte del cambio: las visitas extranjeras, estrellas de una feria "bienalizada"
Con récord de participación internacional y de ventas institucionales, la 24a arteBA, que termina hoy, muestra una transformación que incluye a galeristas, curadores y público
"¿El fin del cualquiercosismo?", se preguntaba Lux Lindner mientras recorría con sus zapatos manchados con pintura roja los pasillos de La Rural, cada vez más amplios, durante la 24» edición de arteBA. "No hay más callejuelas angostas, sino avenidas espaciosas, como los bulevares contrarrevolucionarios parisinos", pensaba el artista, una de las grandes estrellas de la feria hace un par de años, cuando fue premiado y sus dibujos pasaron a integrar la colección del Malba.
Ese lugar privilegiado parecen ocuparlo ahora los curadores extranjeros, que tienen a su cargo varios espacios de una feria que aspira a ubicarse entre las cinco mejores del mundo. Con acento español, pollera negra y zapatillas, Manuel Segade llamó especialmente la atención mientras presentaba a los artistas que exhiben muestras individuales en el espacio Solo Show Zurich, representados por galerías de Buenos Aires, Madrid, Berlín, París, Bogotá y San Pablo.
A punto de cumplir un cuarto de siglo, arteBA, cuya 24a edición concluye hoy, alcanzó este año un récord de participación internacional y de compras institucionales. Mientras el Guggenheim de Nueva York terminaba de definir ayer en qué obra invertiría, la Tate de Londres ya se había decidido por Grupo de familia. Reconstrucción de un mito (1980), de Graciela Gutiérrez Marx. Cerró el trato en la galería porteña Document Art, una de las seleccionadas por el italiano Jacopo Crivelli Viconti para la sección U-Turn Project Rooms by Mercedes-Benz, donde el Malba ya había comprado otra obra de la misma artista.
Una vez más, la adquisición del Malba fue donada por Citi, sponsor de otro de los espacios curados: Photobooth, dedicado a la fotografía. Octavio Zaya, nacido en las islas Canarias y residente en los Estados Unidos, fue el responsable de esta sección en la que brillan Horacio Coppola y Grete Stern, en el stand de Jorge Mara, mientras conquistan Nueva York desde las salas del MoMA.
"Defiendo apasionadamente el rol de los artistas y de las galerías, sin las cuales los artistas no llegarían al público. Los curadores recogen lo que las galerías han hecho; nuestro riesgo debe ser reconocido", dijo Mara sin rodeos a LA NACION, aunque otros galeristas prefirieron comentar en voz baja que arteBA parece cada vez más "una gran muestra".
"No se trata de «bienalizar» la feria, sino de elevar la calidad", aclaró, por su parte, Sonia Becce, presidenta del comité de selección de la feria, mientras presentaba los Special Projects; se trata de una nueva propuesta auspiciada por Patio Bullrich dentro de la sección principal, con "minimuestras" de hasta tres artistas, curadas por galeristas. "La feria también cumple una función social, que es educar el ojo de la gente", opinó Orly Benzacar, galerista e integrante del comité de selección.
SORPRESAS EN UN AÑO DIFÍCIL
"Impecable, limpia, grande, muy bien pensada y diseñada." Así define esta edición de arteBA Ana Gallardo, artista que sigue de cerca la feria desde su primera edición. Recién llegada de la Bienal de Venecia, donde también exhibe su obra, este año participa del espacio Dixit Axion, seleccionada por la venezolana Julieta González. Su galerista, Ignacio Liprandi, vendió obras de José Alejandro Restrepo y de Magdalena Jitrik al Museo de Arte de Lima (Mali) y a la colección española CA2M, mientras Nora Fisch firmaba con el Mamba y el Museo Lacma de Los Ángeles por tres obras de Fernanda Laguna.
Aunque la mayoría no quiso hablar de números, muchos se mostraron sorprendidos por la cantidad de ventas en un año electoral. "Toda la ciudad está hablando de vos. Volví porque el día de la inauguración había mucha gente", le dijo anteayer la coleccionista Dudu von Thielmann a Nacha Canvas, joven artista de Ushuaia. Sólo quedaban cuatro obras disponibles en el stand de Quimera del Arte, uno de los más visitados del Barrio Joven.
Justamente en este sector, que reúne a las galerías emergentes, es donde más se nota, según Lindner, el "exceso de edición" de la feria. "Lo interesante del arte contemporáneo -observó el artista- es que de él se puede esperar «cualquier cosa». Y tal vez yo extrañe en estos pasillos una falta general del elemento que descoloca, de «cualquiercosismo». En este sentido, el Barrio Joven es un importante triunfo de la domesticación. En vez de ir a él a asustarse, como ocurría en la época del hacinamiento colorinche, el efecto general es sedante y bonachón. El material tiene su variada calidad, no agrede o molesta de modo directo. Pero... ¿interpela?"
Una buena pregunta para debatir en el auditorio de la feria, donde el programa Prime Time, coordinado por el colombiano Inti Guerrero, estuvo dedicado al cruce entre arte y psicoanálisis, o en el Espacio de LA NACION en arteBA, donde los protagonistas son los artistas.
COMPRAS DE "NIVEL MUSEO"
Pan Tree (1954/55), de Xul Solar. Galería Rubbers
Obra realizada en doble faz, valuada en 200.000 dólares.
Tragedia del tercer mundo (1972), de Antonio Berni. Galería Sur
El Mamba busca sumar a su colección este fotomontaje del maestro argentino.
Persona (1979), de Juan Carlos Distéfano. Galería Palatina
Un coleccionista privado se quedó con la obra de quien representa a la Argentina en la Bienal de Venecia.
AGENDA DE HOY
14.30
Transformando el Sur a través de un nuevo circuito de arte contemporáneo. Charla con Ana Gallardo, Alberto Sendrós, Leopol Mones Cazon y Nahuel Ortiz Vidal. Auditorio Open Forum
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