domingo, 8 de noviembre de 2015

Una Ciudad que merece ser observada desde sus alturas


La Córdoba de las cúpulas
  • Son principalmente construcciones religiosas pero hay también civiles.
  • Su vista se ha ido tapando por los edificios.
  • La Iglesia han sido determinante para que aún sigan existiendo.
Cecilia Casenave / María Eugenia Manetti - Redacción Central
Dentro del caos visual que caracteriza a la ciudad, se erigen estructuras arquitectónicas que por sus proporciones, características y belleza deberían imponerse en el paisaje urbano, llamando la atención de aquellos más atentos a las alturas. Se trata de las cúpulas, un elemento arquitectónico de forma semiesférica que se encuentra en la terminación de una construcción y que se presenta como un elemento estructural que sirve para cerrar un espacio.
Las cúpulas se ubican tanto en construcciones religiosas como civiles, aunque predominan en el primer tipo de edificaciones debido a que poseen para las mismas una simbología específica.
Así, suelen marcar la centralidad de un espacio, por ejemplo al ubicarse las cúpulas sobre un altar. También son utilizadas para marcar un momento en el espacio del hombre, dividiendo en el caso de las iglesias a los fieles del clero.
Dadas estas características, suelen utilizarse en su interior de manera decorativa, ya sea con fines ornamentales o pictóricos.
Pero es su exterioridad lo que transforma a las cúpulas en una referencia espacial urbana y lo que las hace identificables a la vista. Sin embargo, esta función de referencia se ha ido perdiendo a medida que aumentaron las construcciones aledañas a ellas, volviéndose cada vez más dificultosa su visualización.
En referencia a ello, el arquitecto Horacio Gniemmi -director de la Cátedra de Preservación de la Universidad Nacional de Córdoba- sostiene que aunque en algunas ocasiones el contexto opaca la presencia de las cúpulas, en otros ejerce la función inversa, realzándolas. Es así como en la ciudad de Córdoba levantar la vista significa sorprenderse con las cúpulas que se levantan por sobre el perfil cotidiano.
Córdoba continúa siendo una ciudad para ser observada desde las alturas. Podría mencionarse en tal sentido al edificio que se encuentra en la intersección de Humberto Primo y San Martín, que en un contexto deprimido irradia su impronta, sobresaliendo entre el resto de las construcciones.La conservación
El espíritu conservador de la Iglesia Católica -de aplicación en casi todos sus ámbitos- es quizá la circunstancia que ha posibilitado que las construcciones arquitectónicas en las que se asientan sus instituciones sean unas de las mejores conservadas en la actualidad.
Y es certera la denominación del poeta Arturo Capdevila llamando a la ciudad «Córdoba de las campanas», denominación que bien podría mutar en la «ciudad de las cúpulas».
En este sentido, la conservación de una de las cúpulas más antigua del país -ubicada en la iglesia de la Compañía de Jesús-, en un hecho que vendría a confirmar esta posición. Se trata de una construcción basada en un sistema francés y adoptado como modelo por toda la arquitectura jesuítica posterior.
Consagrada en 1671, cuenta con una curiosa bóveda que, al no existir en la región maderas de dimensiones necesarias, fue trabajada a modo de barco invertido.
Otra de las cúpulas que destacan por su imponencia es la de la Catedral de Córdoba que, según el arquitecto Carlos Page, es una de las más importantes del país en su tipo. La misma fue construida en base a un diseño barroco, que era el lenguaje típico de los jesuitas, a pesar de que en esa época se imponían otras academias.
La construcción de esta destacada cúpula se remonta a mediados del siglo XVIII y, aunque no hay acuerdo respecto a su autor, se estima que fueron necesarios casi dos siglos para la finalización de la estructura general de la iglesia.
En cuanto a su visualización, la Plaza San Martín se presenta como el lugar adecuado. Aunque también es recomendable adentrarse en la iglesia y observar en la bóveda de la nave la obra pictórica de Emilio Caraffa.
En este breve recorrido por algunas de las cúpulas que se elevan hacia el cielo de esta ciudad, cabe destacar también la que se ubica en la Iglesia Santa Catalina, en la calle Obispo Trejo -detrás de la Catedral-, entre 27 de Abril y el Pasaje Santa Catalina. Si bien data de principios del siglos XVII, las construcciones originales fueron posteriormente reformadas, siendo la construcción actual de mediados del siglo XIX.
También en el casco céntrico, donde se ubican la mayoría de estos elementos arquitectónicos, se puede encontrar en la esquina de Buenos Aires y Entre Ríos la cúpula de San Francisco, en un templo que se presenta como un auténtico exponente de la arquitectura del siglo XVIII. Fue construída, junto con el resto de la iglesia, por el ingeniero Juan Manuel López, considerado uno de los autores de los más bellos edificios de esa época.
Un edificio civil
La cúpula ubicada en el edificio de la esquina de Humberto Primo y San Martín, en la zona del Mercado Norte, guarda una particular historia.
Algunos de los habitantes de este edificio recuerdan que en la década del ’70 el espacio de la cúpula era utilizado por el artista plástico Mónaco como taller para la construcción de las obras. Una anécdota que emparenta este elemento arquitectónico a una concepción bohemia del espacio y que la aleja de la tradicional asociación religiosa.
Un recorrido por las cúpulas de la ciudad trae consigo la idea de la importancia que adquiere la arquitectura de Córdoba en el contexto del país en el período hispánico.
Y que puede disfrutarse tan sólo recorriendo avenidas o pequeñas calles de la ciudad, donde se emplazan -como un elemento visual de relevancia-, estos verdadero desafíos constructivos entre las veredas y el cielo cordobés, sobresaliendo y destacando por encima del tejido urbano.
 
 



 
 
Las de la Catedral de Córdoba son las cúpulas emblemáticas de la ciudad.

Iglesia de La Meced, en Rivadavia y 25 de Mayo.

Cúpula del edificio del ANSES, en Rosario de Santa Fé.

Remate en altura del edificio de la Estación Mitre.

Mónaco

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